La Tierra como material Tradicional

EL ADOBE


  Se basa en piezas macizas de barro sin cocer, con forma paralelepípeda y tamaño variable, que puede ir desde los 30 x 15 x 7 cm hasta los 40 x 20 x 10 cm, manteniendo siempre una proporción (1:1/2:1/4) entre largo, ancho y alto de la pieza.
Los adobes se elaboran colocando barro en un estado casi plástico en moldes de madera, los cuales poseen las medidas deseadas.

MOLDES PARA ADOBES



HISTORIA

La más antigua ciudad conocida, Çatalhöyük, en Anatolia, del VII milenio antes de Cristo, tenía las casas construidas con adobes. En el Antiguo Egipto se empleó frecuentemente el adobe, elaborado con limo del Nilo, en la construcción de casas, tumbas (mastabas), fortalezas, e incluso palacios, aunque los egipcios también fueron los primeros en emplear la piedra tallada para erigir templos, pirámides y otras edificaciones monumentales.


Casa de Adobe en el estado Mérida Venezuela


En Perú existe la ciudad de barro más grande de América: la ciudadela de Chan Chan (1200-1480) perteneciente a la cultura chimú. Así mismo, algunas crónicas del siglo XVI2 recogen que los jefes de los tallanos vivían en palacios construidos con es
te material.
En España es característico, entre otras de las regiones secas, de Castilla y León donde se añade paja al barro. Las construcciones de adobe se suelen remozar con una capa del mismo barro con lo que dan ese aspecto tan curioso de las casas típicas de Tierra de Campos. También es usual en regiones semi-desérticas de África, América Central y América del Sur (rancho.)
El término “adobe”, en castellano, aunque con la grafía “adoves”, aparece por vez primera ya en 1139-1149, en el llamado “Fuero de Pozuelo de Campos” (hoy Pozuelo de la Orden, en la Provincia de Valladolid).3
En México, Venezuela, ColombiaEcuadorPerúBoliviaArgentina y en el sur y norte de Chile las casas de adobe son aún patrimonio de muchas familias humildes, que conservan esta tradición desde tiempos inmemoriales. Mezclar pasto seco con el barro permite una correcta aglutinación, gran resistencia a la intemperie y evita que los bloques una vez solidificados tiendan a agrietarse. Posteriormente los bloques se adhieren entre sí con barro para levantar muros.

Moldeado del Adobe

 ESPECIFICACIONES TÉCNICAS


Las características de los suelos que tienen mayor influencia en la resistencia de la albañilería de adobe son aquellas relacionadas con el proceso de contracción por secado o con la resistencia seca del material.
– Arcilla: el componente más importante del suelo; provee la resistencia seca y causa la contracción por secado del suelo.
– Control de la microfisuración del mortero de barro debida a la contracción por secado: requerido para obtener un adobe fuerte.
– Aditivos: paja y en una menor proporción arena gruesa son aditivos que controlan la microfisuración del mortero durante la contracción por secado y por ende, mejoran la resistencia del adobe.
– Construcción: la calidad de la mano de obra juega un papel importante en obtener una albañilería de adobe fuerte, resultando en variaciones de resistencia globales del orden del 100%.

PROPIEDADES FÍSICAS


  • Color: Es de color tierra.
  • Estado: Sólido y respectivamente seco.-
  •  Resistencia a la compresión: resistencia no menos 100kg/cm cuadrados
  • Posee cierto grado de plasticidad Debido a la arcilla.

COMPONENTES

Se compone básicamente por un 60% de arena, 27% de limo, 11% de arcilla y 2% de flora vegetal: paja, zacate de arroz, flora de montaña, hoja de pino o estiércol de caballo y de vaca, en algunos lugares donde abunda el cuarzo mejora la calidad y por estar compuesto de sílice aporta su propiedad aislante.



HERRAMIENTAS NECESARIAS

PREPARACIÓN DEL ADOBE

·       
Prepara un pozo que utilizarás para mezclar la arena, el barro y el agua.

Una forma de hacer esto es conseguir unos 20 bloques de cemento y acomodarlos en un cuadro, a dos capas de profundidad. Luego alinea el interior de la fosa con una lona de alta resistencia.

Consigue los materiales:

  •   Arena (cerca de la mitad - el 50% del volumen total).La arena se vende generalmente por toneladas - se puede calcular el tonelaje multiplicando tu volumen por 0.83. La arena debe ser relativamente fina – la arena de la playa o un poco más grande es la más adecuada. NOTA: La cantidad de arena que mezcles depende de la arcilla que tienes disponible, el clima, y lo fuerte que quieres que sea la pared. Esto es enteramente relativo, y no hay manera de que te pueda salir mal.
  •  Barro (alrededor de un tercio del volumen total). El barro también suele venderlo por toneladas. Multiplica tu volumen por 0.9 si está seco, y por 0.7 si está húmedo.
  • Paja (alrededor del 10 - 20% del volumen total).La paja se vende en fardos de diferentes tamaños. El más común es de 14" x 18" x 36" (35,5 cm x 45,7 cm x 91,4 cm, que es 0.15 yardas cúbicas). Así que multiplica tu volumen total por 0.015 para obtener el número de fardos que vas a necesitar.

Crea un molde para hacer los ladrillos.

  • Una forma típica se realiza mediante dos pernos de 2 x 4, que son de 96" de largo. Ten en cuenta que un perno típico es en realidad de 1,5" (3,8 cm) x 3,5" (8,8 cm), por lo que las longitudes son impares (25,5", por ejemplo).
  •   Utiliza una pala para mezclar arena y arcilla en el pozo. Estos deben ser mezclados de acuerdo con las cantidades que tienes y tus propios deseos - de nuevo, no hay realmente una manera de que te puedas equivocar.





Añade agua - suficiente para que la mezcla sea "espesa".


Preparación de la mezcla de adobe
en la E.T.R. Francisco Fajardo en Caracas

  •   Mezcla - la forma más fácil de hacer esto es quitarse los zapatos y los calcetines, subirte los pantalones, y saltar con ambos pies. Mezcla alrededor hasta que todo este húmedo.
  • Espolvorea un par de puñados grandes de paja en el barro. Debes romperla para que no esté grumosa - y quita los "palos “de paja que podrían lastimarte al pisarlos.
  •   Pisa la mezcla. El objetivo es homogeneizar la paja y el barro, así que pisa fuerte toda la mezcla.
  •  Toma grandes puñados de la mezcla y ponlos en el molde. Asegúrate de empujar la mezcla en las esquinas, dándole golpes para que se compacte.
  •  Deja que los ladrillos se sequen en el molde por poco tiempo - 15 minutos por lo menos. A continuación, puedes retirar el molde y empezar a llenarlo de nuevo.

TAPIAL


Las paredes monolíticas son construidas en base a la carga de material suelto, que es apisonado en el sitio para constituir así el muro, contándose para ello con el apoyo de un encofrado -parcial o total-. No siempre la pared es construida al “unísono”, como si fuera una sola pieza “monolítica”, por el contrario, por problemas de disponibilidad de encofrado es muy usual ir adicionando “bloques”, a la manera de construcción de las mamposterías, sólo que en este caso se trata de “bloques” de grandes dimensiones.
Para la construcción se recurre a un encofrado de madera, el cual es trasladado -encofrado deslizante- en la medida que la construcción del muro avanza. Este desplazamiento se realiza en horizontal y/o vertical en base

HISTORIA

Este tipo de muro -también conocido como «tapial» o «apisonado» en España y los países americanos de habla hispana y «taipa de pilão» en el Brasil- se caracteriza en su forma tradicional por un espesor relativamente grande (de 30 a 40 cm, y aún más), lo cual requiere destinar mucha superficie del terreno para la construcción de las paredes, por lo que aun cuando ha sido muy utilizado en construcciones de todo tipo en el pasado, su uso se restringe hoy más bien al área rural. Entre las experiencias recogidas por distintos centros de Iberoamérica, se destaca una de las experiencias actuales donde con el apoyo de guías, se realiza la construcción de muros apisonados de poco espesor (<20 cm), lo cual abre nuevas posibilidades de uso, incluso en áreas urbanas.

El tapial fue usado principalmente en regiones de clima semi-árido. De hecho el espesor del muro confiere a éste, una inercia térmica muy adecuada para controlar los picos de máxima y mínima diarios del ciclo de temperatura en este tipo de clima. Además el proceso constructivo requiere por lo general tanta agua como la que se encuentra en forma de humedad natural en el suelo. En zonas lluviosas la técnica para construcciones con tierra sin estabilizar ha sido, la de construir el techo sobre soportes de madera, y luego bajo esta protección preparar adobes.
La necesidad de apisonar, la facilidad que brinda la gravedad para un operario parado sobre el muro, son problemas sin solución en las terminaciones de tapial allí donde hay techos. De hecho esta terminación es posible, sólo que presenta otro tipo de dificultad y es probable que se haya recurrido a técnicas combinadas, utilizando adobes para el cierre hasta el techo a una superposición de capas, y según el criterio del constructor y el método constructivo utilizado.

EL MATERIAL Y LA TÉCNICA CONSTRUCTIVA

Apisonar tierra es una forma de aumentar la resistencia a la compresión del material por la vía de la densificación del mismo, lo cual se logra por lo general por medio del apisonado manual o mecánico. De acuerdo al contenido granulométrico del suelo, considerando que son las arenas las que cumplen la función de transmisión de cargas y las arcillas las que actúan como elementos cohesionadores, observamos entre las experiencias recogidas que con algunas excepciones se recurre a tierra con un tenor del 60 a 80% de arena y 20 a 30% de arcilla.
Partiendo del material en su estado natural, es posible adicionar otros elementos en el momento de la carga de los muros, los que cumplen así con roles variados, ya sea de protección de la superficie exterior, aprovechar otros materiales disponibles o buscar resultados estéticos. Como ser grava mezclada con tierra suelta, conformando una suerte de muro “ciclópeo” o bien el uso de elementos pétreos o cerámicos que forman una cara exterior mejor protegida de la intemperie.

El agregado de estabilizantes (cemento, cal hidratada u otros materiales posibles) tiene por fin primario conferir al muro una mayor resistencia a la intemperie. Cuando se trabaja con muros anchos, es posible adicionar mezclas diferentes a una misma camada de material a ser apisonado, por lo general se agrega la mezcla con aglomerante en el sector que corresponde a las caras externas -con el fin de dar resistencia a la erosión-. Con el mismo criterio es posible combinar el material sin estabilizar, con sectores construidos con material estabilizado en sitios donde la concentración de esfuerzos sea mayor o el riesgo de agresión por lluvia estuviera presente -dinteles, esquinas, bordes de ventanas o puertas.
Con el fin de obtener superficies adherentes que ayuden a fijar revoques, azulejos u otras formas de tratamiento posterior, son agregados cuerpos extraños -por lo general trozos de cerámica- a modo de tacos y repartidos en las superficies a ser trabajadas.

La construcción de estos muros, cuando se los realiza en base a tierra sola, que es el caso de las construcciones «no estabilizadas» propias de la época colonial, requiere de una estrategia de protección contra intemperie, y en especial que sean controlados aquellos sitios con riesgo de recibir humedades desde suelo y la acción erosiva de lluvias, especialmente por salpicada a nivel de zócalos. De acuerdo a la formulación de unos colegas del norte argentino, los muros de tierra requieren “buenas botas de lluvia además de sombrilla”. La construcción de un zócalo (o sobrecimiento) que impida el paso de las humedades del suelo, y a la vez evite la erosión del muro por salpicada en las capas inferiores del mismo, así como un techo cuya impermeabilidad esté asegurada son condiciones “sine qua non” para la larga vida útil del muro sin estabilizar. La arquitectura tradicional muestra como el agregado de galerías y aleros son soluciones que a partir del diseño arquitectónico han probado su eficacia para evitar el impacto directo de la lluvia, e incluso en ausencia de estos elementos, (en el caso de muros medianeros por ejemplo) la adición de una capa exterior “impermeable” es una forma adecuada de protección contra la intemperie directa.

La bibliografía aporta información sobre la realización de los detalles constructivos, para el refuerzo de esquinas, encofrados adicionales para las aberturas -en caso que estos sean necesarios-, o el agregado de refuerzos horizontales y verticales para prevención de daños por sismos. Una forma de reducir la necesidad de encofrados especiales para las aberturas es construir muros “ciegos”, donde los dinteles son cargados al realizar el muro, y posteriormente abrir los huecos para los vanos, con el material recién apisonado. El material en estado “fresco” es fácilmente moldeable, y si se construyen “negativos” con el mismo material, tallándolos con material recién apisonado es asimismo sencillo realizar arcos apisonados o dinteles. Asimismo es posible embutir ductos de electricidad o de agua en forma similar a la que se realiza con muros de ladrillo.

EL ENCOFRADO


Durante la realización de la construcción, a fin de que se conserve el “plomo” -a pesar de las vibraciones a las que somete el proceso de apisonado- y se mantengan constantes las dimensiones en ancho del muro -a pesar de la presión lateral que ejerce el material apisonado-, es necesario contar con encofrados apropiados en cuanto a diseño para resistir dichos empujes, y para evitar que al desplazar el encofrado sea necesario invertir demasiado tiempo en aplomarlo nuevamente. Algunos procedimientos constructivos se basan en “guías” que permiten elevar el encofrado con facilidad y en el caso de los encofrados “deslizantes” la estrategia es construir sectores del muro, los que a su vez servirán de guías en la construcción del resto.

Existen varios tipos de encofrado entre los que habrá que seleccionar el adecuado conforme calidad de terminación deseada, cantidad de material disponible para el encofrado, apoyo de máquinas y andamios, especialización de las partes constructivas –como ser agregados para esquinas y vanos de aberturas, etc.

Para construir paredes de tipo “apisonado” con un presupuesto limitado, que es el caso donde esta técnica es aplicada a la vivienda de interés social, requiere adoptar un diseño de encofrado que permita el manejo del mismo por el menor número de personas, el posible montaje por obreros sólo medianamente calificados, la utilización en forma óptima del material para el encofrado, reduciendo al máximo el peso a ser soportado por quienes monten el encofrado, definiendo el perfil de dicho encofrado a fin de que resista los esfuerzos derivados del apisonado sin un incremento sensible del peso, la forma de aplomar el mismo con o sin ayuda de guías, la forma de utilización del encofrado para construir las esquinas recurriendo o no a “adicionales”, la forma de mantener estables las dimensiones del muro, y la forma de realizar el muro incorporando los refuerzos en las esquinas, en horizontal y en vertical, para dar estabilidad en caso de sismos. Asimismo hay que considerar que los detalles constructivos relativos a las aberturas, como ser el adintelamiento, la ubicación de las mismas y sus dimensiones, así como la estrategia para construir los vanos (entre otros temas a considerar) deberán ser solucionados con el apoyo de los encofrado.

BAHAREQUE, O BAJAREQUE

 Es la denominación de un sistema de construcción de viviendas a partir de palos o cañas entretejidas y barro. Esta técnica ha sido utilizada desde épocas remotas para la construcción de vivienda en pueblos indígenas de américa. Un ejemplo es el bohío, vivienda muy usada por amerindios, principalmente en Venezuela y Colombia.

HISTORIA

En Latinoamérica, se utilizó y se sigue empleando el bahareque como un sistema constructivo que resuelve técnicamente la necesidad de paredes en las viviendas. Su evolución data de la época precolombina como lo atestiguan algunos ejemplos de sitios históricos como el caso de “Joya de Cerén”, en El Salvador con construcciones que datan de los años 600 DC y que fueron conservadas como resultado de la acción de un volcán que las cubrió con cenizas. Sin embargo es usual ver hoy desarrollos constructivos que incorporan entramados en el área rural, en los poblados y en los barrios populares de las grandes urbes.

TÉCNICA CONSTRUCTIVA

En nuestro país se conocen cuatro sistemas dentro de la familia del bahareque: el bahareque tradicional con entramado de madera con horcones y cañas, relleno de la pared con tierra y paja; el bahareque prefabricado, con entramado formado por paneles de madera prefabricados fijados al piso, relleno de Ia pared con arcilla, paja y cal; el bahareque con piedra, con entramado de madera con horcones y cañas, relleno de Ia pared con piedra ligada con tierra-cemento; y, por último, el bahareque con coco entramado de madera y cañas, relleno de Ia pared de concha de coco ligados con arena, cemento.



Les comparto la presentación donde unos estudiantes de construcción civil de la E.T.R. Francisco Fajardo en Caracas hicieron un bloque de adobe  aquí y les recomiendo un Libro de Jorge Revoreo: Manual de Construcción de Viviendas con Bahareque, es editado por El Perro Y la Rana que esta muy bueno. Lo pueden encontrar en las Librerías del Sur en Venezuela.
...Y este fue la entrada de esta semana 
Gracias por leerla, 
compartidla con tus colegas...



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